Moldear el comportamiento infantil
Al nacer, los niños no saben lo que es comportamiento aceptable y lo que no lo es. Ellos aprenden observando cómo se comportan usted y las otras personas a su alrededor y cómo ellos y otros son tratados.
Los padres quieren que sus hijos se preocupen de las otras personas, que sean reflexivos y que se porten bien. Las ideas sobre cómo se alcanzarán estos objetivos varían con el transcurso del tiempo.
Los padres tienden a criar a sus hijos de manera similar a como les criaron a ellos. Si usted quiere cambiar la manera de criar a sus hijos necesitará tiempo, energía y cometido. Usted debe tener en cuenta que cometerá equivocaciones.
Disciplina o Castigo
Hoy día, muchos padres creen que no les está permitido imponer disciplina a sus hijos.
Todos los niños necesitan disciplina para sentirse seguros mientras van aprendiendo quiénes son y qué es el mundo que les rodea.
La disciplina y el castigo no son la misma cosa.
Disciplina viene de la palabra latina que significa "enseñar".
El castigo es reaccionario y enfocado a penalizar el comportamiento inaceptable. Los niños raramente aprenden el comportamiento correcto o aceptable por medio del castigo.
El propósito de la disciplina es ayudar a los niños a tomar responsabilidad por su propio comportamiento por medio de la enseñanza de formas aceptables de responder a las situaciones. A medida que van creciendo, los niños van adquiriendo más autodisciplina. Comprenden cómo comportarse y saben controlarse. La autodisciplina se desarrolla por medio de la enseñanza a través de los adultos y el fomento de la adquisición de confianza por el niño. La disciplina es productiva cuando existen buenas relaciones entre padres e hijos y mejora con el deseo del niño de complacerle a usted.
Para ser productiva, la disciplina requiere comprensión y reglas y saber que pasará si estas reglas se quebrantan.
El caso del castigo físico
La disciplina puede conseguirse sin el uso del castigo corporal.
El castigo físico causa un dolor cuya finalidad es parar el mal comportamiento. Por ejemplo, pegarle a un niño con la mano o con un objeto.
El castigo físico no comunica ni preocupación ni respeto al niño.
El castigo físico puede socavar en el niño el sentido de amor y seguridad. Frecuentemente induce en los niños ansiedad, miedo y rebeldía.
El castigo físico enseña a los niños que la violencia puede ser una forma aceptable de resolver problemas.
Pegarle a un niño no le enseña maneras aceptables de comportamiento. Por otro lado puede resultar en la repetición del mal comportamiento.
Frecuentemente, los niños están tan disgustados y enfadados cuando se les pega que se olvidan de por qué se les está castigando.
Los niños aprenden observándolo a usted. Hábleles como le gustaría que le hablaran a usted. Compórtese como quisiera que ellos se comportaran.