A través de los ojos de un niño.
Cuanto más entendamos a nuestros hijos, tanto más podremos ayudarles y apoyarles. Una de las maneras en que podemos hacer esto es pensar en los recuerdos de nuestra propia infancia e imaginar el mundo desde el punto de vista infantil .
Recuerde lo que fue ser niño.
Piense en cosas importantes que le ocurrieron a usted cuando era niño y reflexione sobre la influencia que ellas tuvieron en su vida y en las relaciones con otros.
¿Qué cosas hacían y decían sus padres que eran importantes para usted?
¿Qué le hubiese gustado a usted que sus padres hubieran dicho o hecho?
¿Qué experiencias quiere usted que recuerde su hijo?
Los niños piensan de diferente manera que los adultos. No siempre comprenden las situaciones de la misma manera que un adulto. Por ejemplo, los niños pueden pensar que ellos tienen la culpa de cosas que no tienen nada que ver con ellos.
Póngase en el lugar de su hijo por un tiempo y comprenda su visión del mundo. ¿Cómo se siente al ser pequeño cuando todo el mundo es tan grande? ¿Qué sensación vive al no poder encontrar las palabras para decir lo que siente?
Como adultos, es nuestra responsabilidad respetar y apreciar a los niños.
- Hable con su hijos sobre las cosas que afecten sus vidas. Como adultos, tenemos que tratar de equilibrar los deseos y puntos de vista propios de niño con lo que es razonable y seguro. A medida que van creciendo, permita a los niños que tomen mayor control de sus propias vidas. Ofrezca a su hijo varias opciones y esté preparado a aceptar lo que escoja.
- Ayude a los hijos a aceptar responsabilidades.
- Respete el hecho de que los niños pueden pensar y sentir de forma diferente a usted.
- Cerciórese de que los niños se den cuenta de que se les escucha. Los niños necesitan sentir que se les respeta para que se sientan bien consigo mismos.
- Reconozca su dignidad y celebre su individualidad.
- Cerciórese de que los niños tengan seguridad y protección.
Los niños necesitan que usted les ayude a desarrollarse y a crecer.