La presión de ser padres

Muchos padres se sienten bajo presión para mantener el ritmo acelerado de los cambios del mundo en el que están tratando de criar a sus hijos.

Muchos están preocupados por sus hijos en la incierta seguridad del mundo de hoy día.

Muchos sienten que la infancia es ahora más corta y los niños maduran muy rápidamente en la sociedad actual.

Muchos padres sienten que están batallando en muchos frentes al mismo tiempo tratando de enfrentar las competitivas demandas del trabajo y de la crianza de los hijos.

Muchos sienten la presión que representa la posibilidad de defraudar a los hijos. Tienen que batallar para encontrar tiempo para estar con sus hijos, a pesar de que saben lo importante que es esto.

Muchos padres se sienten aislados y solos, sin poder contar con el importante apoyo de sus familias y amigos.

Los desafíos y la presión que tienen que confrontar los padres hoy día son considerables y son la causa de muchas preocupaciones y, a veces, de estrés insuperable.

Usted no está solo. Muchos padres se sienten exactamente igual

El estrés es una parte normal de las funciones de los padres. Pequeñas cantidades de estrés son saludables y nos pueden ayudar a enfocarnos y a hacer las cosas. Demasiado estrés puede ser abrumador y resultar en sentimientos de impotencia, miedo y frustración.

Ningún padre es perfecto. No siempre reaccionamos a las necesidades de nuestros hijos de la mejor manera posible. Lo importante es saber reconocer que estamos abrumados y tratar de remediarlo.

Cuidarse de sí mismo le ayudará a cuidar de sus hijos

Cuídese. No siempre tiene usted que preocuparse primero de los demás.

Lleve a cabo las actividades que le ayudan a relajase. Escuche música, lea un libro, vaya a pasear. Realice estas actividades aunque sea sólo por diez minutos.

Trate de encontrar la causa de su estrés y de los sentimientos que le abruman e identifique pequeños pasos a seguir para contrarrestar estas causas.

Trate de organizarse. Establezca rutinas para usted mismo y para sus hijos y sígalas.

Piense qué es lo que realmente es importante para usted y su familia y trate de dar prioridad a estas cosas. Acepte que usted no es perfecto.

Evite hablar de sus frustraciones y estrés con sus hijos. Todos hemos pasado por la situación de haber hecho algo o hablado a nuestros hijos contradiciendo nuestros principios. En estos casos, lo mejor es pedir disculpas a los hijos y admitir que nos equivocamos.

Trate de encontrar tiempo especial para usted y su familia.

Hable con su pareja, familia y amigos sobre sus preocupaciones. Compartir las experiencias puede ayudarle a sentirse menos solo.